el urdidor de embustes

Literatura, reflexión y otros aderezos

jueves, abril 21, 2005

Un arte cotidiano. Tipologías.

El buen conversador desarrolla su técnica personal cuando consigue el difícil equilibrio entre flexibilidad, humildad y sólidos criterios propios.

Esta técnica se pone en práctica de modo más acusado en las reuniones en grupo, ya que el tiempo de intervención de cada persona necesariamente es más corto y además pone a prueba nuestra capacidad de atención y conocimientos en diálogos multilaterales.

De aquí surge una rica tipología de la que iré dando mi versión y que se repite y repetirá por los siglos de los siglos (que le queden a este dolido planeta).

EL/LA "LORO". No puede evitarlo y si se lo planteas en un aparte juraría que no se da ni cuenta. El ha quedado en ese lugar y con esa gente y tiene mucho que contar porque su vida es un inmenso ajetreo.

Le resultaría inexplicable que a sus sufridos oyentes (cada minuto más desconectados) no les interese una mierda que su prima de Albacete se vaya a casar o que haya ascendido a gerente de una empresa local aquel compañero suyo de colegio que llevaba unas gafas horrorosas.

Tradicionalmente este papel se atribuía en mayor medida a las mujeres, pero la igualdad global lo empapa todo.

Es difícil pararles. Obliga al resto a claudicar ante el desaforado despliegue en un resignado silencio que se distrae con una chica de la barra o un fugaz pensamiento sobre qué voy a cenar esta noche o cosas parecidas, o a tomar una postura aguerrida y plantarle cara. O aún más, a plantarle en la cara unos cuantos naturales y algún par de banderillas hasta que el morlaco quede desorientado y herido en su parlante orgullo.

Exacto. No esperaba menos de vosotros. Mi único deseo era que pusiérais rostro a vuestros "loros"; pero no os ensañéis mucho con ellos, nunca se sabe qué tipo nos asociarían ellos a nosotros, y los tipos puros, afortunadamente, son escasos. Todos somos mezcla y deberíamos buscar siempre la tolerancia.

1 Comments:

At 4:05 a. m., Blogger GVG said...

Se pueden inventar muchos métodos de fuga pero hay uno que no suele fallar, "oye me perdonas, tengo mucha prisa la verdad, ya me contarás..." evidentemente prefiero pasear solo que oir ciertas conversaciones anodinas, ¿seré un egoísta? ¿un asocial como dice mi madre? ¿o mi tiempo es oro mazizo? Cada cual tiene sus hobbys, y sus grupos con los que conversar.

 

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