el urdidor de embustes

Literatura, reflexión y otros aderezos

jueves, abril 07, 2005

Fragmento de cocina teatral

A. Mira, allí enfrente, sentados en la tapia del solar.
B. Ya, ya. Dos mendigos. No están haciendo nada de particular, ¿no?
A. Te lo has perdido. ¿Por qué dices que son dos mendigos?
B. Hombre, con esos pelos, esa ropa y sentados en el suelo...no me parece que sean felices ejecutivos.
A. Bien, pues dejémoslo en que parecen mendigos.
B. ¡Cómo te gusta tocar las narices!
A. ¿A qué viene eso?
B. Pues viene a qué siempre que te pones estupendo tienes que puntualizarme en bobadas.
A. No es eso. Lo único que digo es que hay muchos chavales que van de hippies por la vida y sus padres son concejales o directores de banco.
B. ¿Y todo esto a qué venía?
A. Les vi dándose un beso y un abrazo. Era... bonito.
B. ¿Un beso en la boca?
A. Sí. ¿Te escandaliza?
B. No, porqué me iba a escandalizar.
A. Pues has puesto una mueca que parecía lo contrario.
B. ¡Ah, parecía...! Sigue tus propios consejos y no te fíes de las apariencias.
A. Tocado.
B. Lo que me ha chocado es que te resultara... bonito.
A. ¿Qué quieres decir?

2 Comments:

At 10:16 a. m., Blogger Fernando Díaz said...

Más, más, ...

 
At 3:46 a. m., Blogger GVG said...

Tengo que buscar la primera versión de la obra que te comenté Juan Carlos, pensaba convertirla en novela porque la veía demasiado trágica para el teatro, pero creo que en tus manos puedes lo mismo indicarme si tiene absolución posible para el mundo del teatro. O se trasmutará en otra obra. Quiero llevarte el primer borrador porque es donde se parece más a teatro, y como veo que tienes el gusanillo me fio de tu opinión.

 

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