el urdidor de embustes

Literatura, reflexión y otros aderezos

miércoles, abril 19, 2006

Escena para besugos

Está claro que la gente cada vez vivimos más rápido y vamos más a nuestra bolita, de tal forma que cada uno tiene su velocidad y sus neuras, produciéndose habitualmente "cortocircuitos" que sobrellevamos con resignada educación. Cuando no soy sufridor, sino observador de estas situaciones, son de las que más me llaman a la carcajada. ¡Hay tanto esperpento fuera de los teatros! Ojalá con el tiempo pueda recoger una mínima parte.


- Qué crudo este invierno, ¿no?

- (Le mira un momento y sigue en silencio)

- Anoche no dormí casi nada, como apenas podía respirar.

- (Vuelve a mirarle, ahora con más desidia, y sigue en silencio)

- Por los mocos. Me pongo de un lado y se tapona media nariz, me cambio al otro y se tapona el otro orificio. Te incorporas, buscas en el cajón un pañuelo, intentas sonarte bien fuerte, pero no hay manera, chico, apenas sueltas un hilillo de dudoso líquido. Y de recompensa te has puesto la cabeza como un bombo, así que tienes que esperar a tranquilizarte y volver a coger el sueño desde el principio. Te giras a tu lado preferido y ahí está de nuevo el odioso tapón. Es desesperante.

- (Deja escapar una sonrisa)

- ¿Te hago gracia?

- Hombre, gracia, gracia, lo que se dice gracia... Así, considerado globalmente, pues no, no me haces gracia.

- Ya. No te apetece hablar conmigo, tienes cosas más importantes en las que pensar que en mis tonterías, entiendo.

- Hombre, ten en cuenta que, como tú dices, este invierno va bastante crudo, y como el relato de tus torturas domésticas me deje aún más frío... (La risa le viene a borbotones)

- Decididamente, no tenemos ninguna gracia.

3 Comments:

At 9:36 a. m., Blogger Félix H. de Rojas / Félix Hernández de Rojas said...

Riete riete, que la mitad de nuestra vida trascurre entre estos sinsentidos. Hay reuniones de las que salgo pensando si la mitad de los que había allí eran de otra empresa o proyecto. Y con mis compañeros de comida, habría días que me volvería de sal (¡¡viva LOT!!) para mostrarme explicitamente más acorde a las circunstancias.

Y mientras, aquí me tienes, puteado, esperando que me llame el jefe.

 
At 12:12 a. m., Blogger GVG said...

¿Y qué te dijo el Jefe, entendiste desde el principio a donde quería llegar, o era otra conversación de besugos... El diálogo de Juan Carlos da para muchas interpretaciones y críticas de nuestra sociedad.

 
At 3:42 a. m., Anonymous Anónimo said...

No entiendo de que hablan.

 

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